La importancia del procurador en el proceso civil

En el orden jurisdiccional civil se conocen todas las reclamaciones entre particulares de carácter estrictamente privado, tanto de empresas como de personas físicas.

A modo de ejemplo, se resuelven en el ámbito civil las reclamaciones de deudas entre particulares y empresas, defectos en la construcción de una vivienda, desahucios y cuestiones relacionadas con los alquileres, conflictos en las comunidades de vecinos, accidentes de tráfico etc..

De hecho, este orden jurisdiccional es el general y atrae el conocimiento de todos aquellos asuntos que no estén atribuidos específicamente por la ley a otro tipo de Juzgados y Tribunales. 

Funciones del procurador en el proceso civil

  • Representación: Ejerce la representación de personas físicas y jurídicas. 
  • Funciones de enlace Abogado-Juzgado: Reciben las notificaciones de citaciones, sentencias, emplazamientos y requerimientos que dicten los Tribunales. 
  • Colaboración con el Abogado: Trabajando en continuo contacto con el Abogado, el Procurador se encarga de prestarle apoyo y agilizar la tramitación de los procedimientos.
  • Colaboración con la Administración de Justicia: Pueden, bajo determinadas premisas, notificar a los demandados agilizando los procedimientos judiciales. Acompañan a la comisión judicial en la práctica de embargos y toma de posesiones de bienes inmuebles.
  • Gestión:  Es el encargado, de cumplimentar las tasas de los recursos, gestionar los edictos en los Boletines, tramitar los mandamientos de pago y abonar los gastos que el procedimiento genere.

Pensemos en la importancia de las funciones del Procurador y ahora trasladémoslo a un caso concreto: el Procurador recibe una Sentencia del Juzgado en la que se establece un plazo para interponer recurso de 20 días hábiles y, sin embargo, el Procurador no notifica al Abogado dicha Sentencia y el Abogado no interpone el recurso pertinente, perdiendo con ello el cliente toda posibilidad de presentar recurso para que sus pretensiones puedan, en su caso, ser estimadas en segunda instancia.

En definitiva, es en el procedimiento civil donde el procurador adquiere una dimensión muy relevante pues la propia ley, a diferencia de lo que ocurre en otros órdenes jurisdiccionales, exige su intervención salvo en determinados supuestos (por ejemplo, en una reclamación de cantidad inferior a 2.000.-€ no es necesaria la intervención del procurador).

En resumen, la figura del procurador constituye un triple enlace entre cliente-juzgado-abogado, y a su vez es el “bastón” en el que se apoya el abogado , pues es el que envía al Juzgado todos los escritos que el abogado redacta (incluso en ocasiones los redacta el mismo) y a su vez envía a nuestro abogado todas las notificaciones que envía el Juzgado. 

Todo ello a parte de las funciones de recordatorio de plazos y vencimientos al Abogado que ya hemos comentado y, también, con su conocimiento del Juzgado, orientan al Abogado sobre el funcionamiento del mismo. 

Por todo ello, esa función oscura que realiza el Procurador y que el cliente no percibe, es indispensable para el buen fin del procedimiento. 

 

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