¿En qué consisten las subastas judiciales?

Básicamente, las subastas judiciales consisten en un procedimiento de enajenación forzosa de un bien, para poder pagar una deuda.

La Ley de Enjuiciamiento Civil, concretamente en su artículo 636 es la responsable de regular este procedimiento.

Existen dos tipos de subastas judiciales según dicha ley; según se trate de bienes muebles o inmuebles.

Aspectos esenciales de las subastas judiciales

La subasta judicial está considerada como un procedimiento ordinario, y de hecho es el más general y frecuente en la ejecución de sentencias dinerarias.

Es aplicado principalmente a los bienes muebles registrables y a la ejecución de créditos hipotecarios.

Cabe destacar que, así como anteriormente se ha citado el artículo 636 de la Ley de Enjuiciamiento Civil donde están contempladas las subastas judiciales, es importante citar la Ley 19/2015, en la cual se regulan, en su disposición final las consignaciones electrónicas en las subastas judiciales.

Con lo cual, para que una subasta se lleve a cabo, debe cumplirse las siguientes condiciones;

  • Que los bienes que se subastan hayan sido previamente evaluados y embargados.
  • La existencia de una resolución judicial firme de ejecución de la deuda.
  • Que, con esos bienes, se pueda cubrir la cantidad reclamada.
  • Que la enajenación de bienes se establezca en una única subasta, y no en subastas sucesivas.
  • Que exista una regulación específica para la subasta de bienes muebles o inmuebles.

Los procedimientos en las subastas judiciales

Desde que se instauró la ley 19/2015, anteriormente citada, todas las subastas judiciales se llevan a cabo de manera electrónica.

Con esta modalidad, se ha conseguido una mejora en los resultados de la venta, una mayor transparencia, así como otras ventajas si se compara con las anteriores subastas presenciales.

Todos los datos de la subasta se informan en el portal de subastas del BOE, y entre ellos figura;

  • Fecha de inicio.
  • Fecha de finalización, la cual tiene una duración de 20 días hábiles desde su apertura.
  • Los lotes.
  • La cantidad reclamada
  • El valor de la tasación y el de la subasta.
  • La puja mínima.
  • Los tramos entre pujas.
  • El importe del depósito. Generalmente, las personas interesadas deben registrarse en el portal, y en el caso de querer una subasta concreta, deben depositar el 5% del valor de salida.

En cuanto al procedimiento, es muy sencillo; una vez que la subasta ha sido publicada, esta recibe las ofertas o posturas de los interesados durante 20 días hábiles.

En el caso de que la última postura publicada supere a la que mejor se haya hecho hasta el momento del cierre, la subasta se alarga una hora más para que pueda dar lugar a una mejora de la propuesta.

Una vez que finaliza la subasta, se toma nota de la mejor postura y se devuelven los depósitos de garantía.

No obstante, pese a que en este post se haya pincelado de manera muy generalista qué son las subastas judiciales y cómo se lleva a cabo su procedimiento, es importante seguir hablando de las diferencias de las subastas judiciales con otros tipos de subastas, de plataformas alternativas de subastas confiables, y principalmente del papel que desempeñan los procuradores en las subastas judiciales.

 

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